Reseña crítica de los Indignaos
El texto titulado los Indignaos es una obra crítica y reflexiva acerca de eventos históricos recientes, así como hechos contemporáneos, que han afectado las consideraciones acerca de la problemática axiológica que sostiene el acontecer actual.
La obra es narrada por Stephané Hessel, un francés que fue partícipe de un suceso histórico muy importante en la historia de su país, el Movimiento de Resistencia Francesa en contra de la Ocupación de la Alemania Nazi. Lo anterior es fundamental para comprender la perspectiva y la esencia de lo infundado por esta personalidad, ya que sus opiniones y argumentaciones se basan en valores esenciales como la libertad y la igualdad (específicamente igualdad social). Debido a lo anterior, es posible deducir que la lectura posee un gran carácter axiológico, al apegarse las fundamentaciones del autor a los preceptos de justicia que deben contener los derechos humanos.
El título de “indignados” es de naturaleza simbólica y representativa de los que el narrador desea infundir en sus lectores; claramente se muestra una ideología que buscar luchar en contra de aquello considerado injusto y totalitario. La “resistencia” de la que Hessel habla no sólo se refiere a aquella histórica en contra de los nazis, también incluye una postura en contra de las injusticias que vivimos contemporáneamente, con lo cual se refiere críticamente a la imposición de los intereses particulares sobre los de la sociedad en general.
Hessel adopta una posición que favorece la figura política del Estado de Bienestar o la socialdemocracia, mientras que critica aquellos regímenes característicos de pretensiones exclusivas, como lo fueron los regímenes totalitarios comunista y nacionalsocialista, así como lo es actualmente el sistema capitalista neoliberal. En cuanto a lo anterior recae la condición axiológica de la lectura, porque el autor se enfoca en el sentido de justicia aplicado al ámbito social; y la socialdemocracia es planteada como un sistema más equitativo, que sin caer en el comunismo, enfoca su política económica en el bienestar general de la población (en especial de los más necesitados), la nacionalización de los medios de producción y la mejor distribución de las riquezas. Por el contrario, el sistema neoliberal es juzgado por ser un modelo que alarga la brecha entre los ricos y los desposeídos, así como por ser un sistema materialista carente de valores sociales intrínsecos, e inclinado hacia los intereses y ambiciones particulares.
Como ya mencioné, el texto es fundamentalmente axiológico al defender conceptos relativos a la justicia, equidad, igualdad, libertad y seguridad. Como otro ejemplo el autor nos muestra la problemática reciente que enfrentan los palestinos en contra del opresor Estado israelí. Es una clara muestra de que el fascismo no fue el fin de la “indignación” causada por el sometimiento forzoso y violento de pueblos y culturas vecinas; al día de hoy la situación palestina atenta contra los valores antes mencionados y genera en los estudiosos como Hessel un descontento basado en que los principios axiológicos que sustentan los derechos humanos no son respetados en esos casos.
Los fundamentos teleológicos de esta lectura podrían ser aquellos que busca el autor sean cumplidos cuando el hombre finalmente acate los preceptos axiológicos y respete los derechos humanos. Fundamentalmente lo anterior se concretará cuando los individuos superen la marcada indiferencia que tienen hacia los hechos sociales y sean capaces de interesarse, integrarse y trabajar en conjunto bajo una “insurrección pacífica” que pueda demostrar la inconformidad ante el poder en un ámbito de tolerancia, respeto y sobre todo de argumentos. También se puede considerar como postura teleológica del autor que la armonización de los pueblos, las culturas y las sociedades, así como el mutuo respeto, darán como resultado a largo plazo la paz duradera que tanto se ha anhelado.
Por otro lado, el planteamiento ontológico que se puede realizar a partir del contenido del texto podría enfocarse en si existe o no la capacidad humana de coexistir en paz, respeto, justicia y armonía con sus semejantes; o por el contrario, aquél que goce del poder seguirá anteponiendo sus intereses ante los que debería defender o representar desde su privilegiada posición, los intereses sociales generales. Es bastante complejo tener siquiera certeza de que tendencia marcará las siguientes fases de la historia, pero el autor mantiene un tono de esperanza ante la situación mundial debido a las crisis de los sistemas económicos neoliberales, por un lado, y al éxito de las rebeliones pacíficas por otro.
En conclusión y como opinión personal, esta lectura ha sido de mis preferidas debido a la marcada condición política y social expresada en ella. Es bastante interesante observar como los tiranos históricos por excelencia, los regímenes totalitarios, no fueron ni son los únicos que atentan contra los órdenes axiológicos que fundamentan y protegen los derechos del hombre. También me interesó bastante la crítica a la voracidad del neoliberalismo, que aparentemente no viola ningún derecho ni atento contra los valores humanos, pero en el fondo se vuelve un sistema que permite la explotación de ambiciones económicas vertiginosas de la élite oligárquica a costa del trabajo y sacrificio del resto de las clases sociales.